domingo, 2 de octubre de 2016

Las cosas que aprendí de Marta


De mi amiga Marta aprendí muchas cosas:
  • que la ropa limpia se guarda mejor en la maleta si colocas los calcetines en los huecos
  • que es buena idea llevar unos cordones de repuesto en la bolsa de los bolos
  • que entrenar duro puede ser divertido
  • que es mucho más fácil encontrar los archivos en el ordenador si haces muchas carpetas con nombres alusivos al contenido
  • que entrenar duro es más fácil si tienes un objetivo a la vista
  • que se puede ser duro y tierno a la vez y no pasa nada
  • que si las reservas de los hoteles las hace siempre la misma persona, al final consigues mejor precio
  • que los amigos están ahí aunque pases meses sin verlos
  • que el rencor es un placer pequeño
  • que la primera impresión que tienes de alguien no siempre es la que cuenta
De mi amiga Marta recuerdo muchas cosas, como que siempre se puede luchar un poco más, o las interminables anécdotas de los muchos viajes compartidos, a Barcelona, a Valencia, a Alemania, Dinamarca o Inglaterra. El día que me llamó para decirme que acababa de ganar el Campeonato de España y yo me puse tan contenta que improvisé una especie de baile indio en medio de un restaurante. Aquel "tenemos medallaaaaaa" desde Suecia. Tantas llamadas, tantas vivencias.

Mi amiga Marta se ha ido hoy, después de mucho luchar, agotada y casi rendida. Y yo no puedo dejar de pensar en las veces que no la llamé para preguntarle cómo estaba porque sabía que si me decía que no estaba bien, no iba a ser capaz de animarla.

Ya me gustaba mucho, pero esta taza ahora será un tesoro

Como su recuerdo.

lunes, 18 de enero de 2016

50 sombras de García (50 cosas sobre mí)



1.       Nací el 22 de noviembre de 1963, el día que mataron a Kennedy.
2.       No creo especialmente en los horóscopos, pero lo poco que he leído sobre ellos me permite saber que soy una escorpión bastante de libro.
3.       Adoro la carne muy poco hecha, aunque cada vez como más pescado. He descubierto el sushi hace poco y soy una ferviente admiradora.
4.       No me gusta hacer deporte, aunque mi estado físico mejora de forma radical cuando hago Pilates. Por contra, me encanta andar. He recorrido Roma entera bajo un aguacero interminable y Viena nevada en enero.
5.       Combino una capacidad casi ilimitada de trabajo con una pereza extrema. Soy capaz de dejar para el último momento una pila gigante de cosas y acabarlas a tiempo. Antes de conocer la palabra, ya procrastinaba.
6.       Puedo ser mordaz y cortante, pero también tierna y cariñosa.
7.       Fumo, pero no suelo beber.
8.       No me gustan las reuniones multitudinarias. Una cena de más de diez personas me agobia.
9.       Soy terriblemente desordenada en mi vida cotidiana.
10.   Me encantan los zapatos.
11.   Me entrego a los hobbies con pasión. La única afición que he mantenido toda mi vida es la lectura. Las demás se han ido sucediendo en el tiempo.
12.   Tengo una memoria excepcional para los datos, las caras, los nombres y las fechas, pero nunca recuerdo dónde he dejado el bolso o las llaves.
13.   Me encanta jugar al Trivial y al Buscaminas. Y a Angry Birds.
14.   Hablaría aceptablemente inglés si no me diese una vergüenza horrorosa hacerlo. No lo he estudiado nunca, salvo un cursillo de verano a los doce años.
15.   Soy vergonzosa y a la vez desvergonzada.
16.   Me encantan los cuadernos y los artículos de papelería. Un bolígrafo o un rotulador nuevo son una fiesta.
17.   Me he “pillado” muchas veces en mi vida. Me he enamorado solo dos. Y en ello ando, espero que para siempre.
18.   Soy fiel y leal por naturaleza.
19.   No tengo hijos. Quizá porque me daría pavor no ser una buena madre. 
20.   Me descompone la mala ortografía.
21.   Me gustan las películas antiguas de cine negro.
22.   A veces es muy fácil hacerme reír.
23.   Casi siempre es muy fácil hacerme llorar.
24.   Mi escaso sentido del ritmo y mi enorme sentido del ridículo hacen de mí una horrible bailarina. Esto realmente significa “no bailo un pimiento”
25.   De pequeña me mordía las uñas hasta los muñones. Aún ahora de vez en cuando sufro una recaída.
26.   Tengo el pelo endiabladamente rizado, aunque casi nadie lo imagina, ya que me lo aliso siempre que puedo
27.   Me salieron las primeras canas a los 22. A los cuarenta y pocos, dejé de teñirlas y descubrí que un pelo gris puede ser precioso.
28.   Las sardinas me parecen un manjar.
29.   Nunca he tenido muchas amigas, pero cada una de ellas ha sido importantísima en su momento. Desde hace algo menos de dos años formo parte de un grupo loco y heterogéneo con el que apenas comparto nada y lo comparto todo a la vez
30.   Al menos una vez por semana utilizo la frase “si no lo digo, reviento”
31.   De los 18 a los 25 hice camping en verano. Sólo de pensar en volver a dormir en el suelo, me duele todo, pero me encantaría volver a hacerlo.
32.   Me gusta muchísimo conocer ciudades, especialmente la mía. Adoro Madrid.
33.   Mido 171 centímetros.
34.   Preferiría tener dos o tres tallas menos de sujetador.
35.   Jersey de cuello alto negro y vaquero es mi conjunto favorito para invierno. Yo lo llamo el uniforme Steve Jobs.
36.   Me resulta imposible dormir con los pies fríos.
37.   Me mareo brutalmente en los barcos, pero viajo en avión sin miedo.
38.   Gorros, boinas y sombreros son imprescindibles para mí. Tengo muchos y los uso.
39.   La mayoría de los días se me olvida ponerme crema en la cara.
40.   Soy incapaz de andar con tacones. Me duelen demasiado los pies.
41.   No hay ni una sola planta en mi casa. No me gustan.
42.   Cuando era pequeña siempre quería tener un perro.
43.   Me gusta Queen.
44.   Aborrezco Pink Floyd.
45.   Tengo carnet de conducir, pero no conduzco.
46.   Me aterran las montañas rusas, aparatos infernales que combinan mis dos pánicos: velocidad y altura. (Sí, ya lo sé, viajo en avión sin miedo)
47.   Llevo más de quince años yendo de vacaciones al mismo sitio. No me aburre y pretendo seguir yendo muchos años más.
48.   En mi casa hay muebles de Ikea, me gustan porque son prácticos, funcionales y robustos, aunque no siempre me parecen bonitos y casi nunca baratos.
49.   Me encanta el café con leche. Tomo varios a lo largo del día, pero nunca pasadas las seis de la tarde.
50.   A veces hablo sola. Me asusta darme cuenta que a veces me regaño y me contesto.


sábado, 4 de julio de 2015

Diecinueve años



Hace unos meses, mi amiga Ana recordó en su blog todas las cosas que preparó artesanalmente para su boda

Viendo todo aquello, me doy cuenta que la mía fue una boda un tanto especial 

  • Me casé un jueves. Reconozco que la diferencia de precio en los menús y la facilidad para encontrar sitio en la Iglesia contribuyeron a ello
  • Fui yo sola a elegir y probarme mi vestido de novia. Ni me llevaba especialmente bien con mi madre, ni quería dejarme influir por sus gustos. No tenía muy claro lo que quería, pero desde luego sí lo que no quería. Me horrorizaba parecer un merengue y buscaba algo especialmente sencillo. Espartano a poder ser, que no pudo ser.
  • No estaba nerviosa en absoluto. Al menos que yo me diese cuenta. Tanto es así que salí a dar un paseo antes de ir a la peluquería y me olvidé que la maquilladora me había adelantado la cita una hora. Llegué de milagro.
  • No hice despedida de soltera al uso. Unos días antes de la boda, salí a cenar con unas amigas (pagando religiosamente cada una lo suyo) y aunque habíamos pensado tomar unas copas, parte de los coches se perdieron en la A-6 y nos recogimos pronto
  • No hubo ni pajes llevando arras o anillos, ni damitas de honor, ni lluvia de pétalos. De hecho mi marido se dejó las arras en casa (las mismas con las que se habían casado sus hermanos) y las nuestras fueron monedas de duro; eso sí, nuevas y relucientes. Algunos cafres amigos de Carlos nos tiraron caramelos a la salida. Fuerte y apuntando a la cabeza.
  • No hubo recuerdos para los invitados. No me gusta esa costumbre. No hay más que hablar.
  • No tiré el ramo entre las invitadas solteras. Hubiera sido divertido, pero (salvo una rosa que le regalé a una chica que vino a vernos salir de la Iglesia) el ramo tenía una destinataria clara: mi prima Alicia, que había pasado recientemente por una dolorosa ruptura. Y fue la siguiente en casarse, mira tú.
  • Mi primer beso de casada no me lo dio mi marido, sino mi entrañable amigo Fernando.
  • Fui una novia hambrienta. Eso de que las novias no comen no va conmigo. Le dí con fruición a la tortilla de patata y a las gambas en el coctail
  • No hay video, y apenas una veintena de fotos, en las que mi marido y yo nos miramos con una cara de tontitos que me encanta ver.
  • Fue un día estupendo, pero en absoluto el más feliz de mi vida. El rito, la fiesta, el baile, los amigos, la familia… todo eso no es más que cascarón del huevo importante, que es el de quererse y luchar por el cariño.


Y todo esto os lo cuento hoy, que hace diecinueve años de aquello.

Hoy, que no voy a tener tiempo de nada porque estoy metida de lleno en la semana de más trabajo del año. Nerviosa y agotada. Atacada y feliz. Con diecinueve años más que entoces, y diecinueve años más de amor. Porque como dije una vez, no te quiero como antes. Te quiero MEJOR.

jueves, 14 de mayo de 2015

Soy calor, soy sol, soy agua


Cuando llega el calor revivo. 

A pesar de los pies hinchados, de la modorra infinita, del agua del grifo con sabor a cloaca, de las noches sudorosas...

Por el trino de los gorriones felices, por los días largos, por la luz clara de las mañanas...

Por las sandalias, las uñas de los pies de colores y las mangas cortas, por los tomates maduros...

Por ese jugo de sandía que resbala barbilla abajo...

Por ese brillo que el verano nos pone en la mirada y en la piel...



Posiblemente en quince días esté harta de calor, pero de momento..... Estoy happy



jueves, 26 de febrero de 2015

Mi amigo Yago (y su mamá)


Yo tengo un pequeño amigo llamado Yago. Tiene tres años y medio y el tamaño aproximado de un niño de seis (un niño de seis años bastante grande). 

Mi amigo Yago empezó siendo el hijo de mi amiga Silvia, pero dado su carácter y su sentido de la posesión, ahora el amigo es él, y Silvia su mamá ("Ana es mi amiga, no la tuya, mamá")

Yago es el involuntario poseedor de las mayores vegetaciones del mundo, lo que le convierte en una fuente de babas casi permanente, y en el dueño de los más ricos besos babosos.

Hoy operan a Yago de esas vegetaciones. Hoy su mami Silvia está al borde del colapso mental. Esto es para ella, porque, en contra de lo que Yago piensa, mi amiga es ella.

Aunque claro, eso no se lo vamos a decir a él

martes, 25 de noviembre de 2014

Cuerpo de lunes, mente de martes...


SPOILER DE ESTE POST: Estoy muy incendiada y lo mismo me paso de vueltas. Sorrys anticipadas.


Vuelve una de sus mini-mini vacaciones (ah, no, que son mis dias libres, esos que ultimamente no disfruto a su tiempo) con las pilas cargadas, con la piel sublime por dos horas de spa, con los 51 recién cumplidos, el estómago repleto de exquisiteces y los ojos llenos de buenas vistas.

El lunes empieza complicado, empeora y luego se arregla. Es lo que tienen las siestas, que lo arreglan casi todo, aunque sean de sofá y frente al Everest de ropa sin planchar

Pero llega el martes y en vez de mejorar, resulta que debe ser que mi tiempo, mi esfuerzo y mi dedicación deben valer menos que los demás. Estoy hasta el papo.

Y se me está empezando a notar



Estoy haciendo la hiedra

Casa con hiedra 

Vamos, que me subo por las paredes


miércoles, 22 de octubre de 2014

Por qué Penélope?



Penélope  es un personaje de La Odisea, de Homero

Penélope es la esposa del personaje principal, el rey de Itaca, Ulises. Ella espera durante veinte años (que ya es esperar) el regreso de su marido de la Guerra de Troya. Por esta razón se le considera un símbolo de la fidelidad conyugal hasta el día de hoy. ¿Veinte años de espera, y ni una llamada, ni un whatssap? Me pregunto si preparaba la cena cada noche por si llegaba

Mientras su marido está por ahí con sus amigotes, Penélope es pretendida por múltiples hombres. Para mantener su castidad ante la ausencia de su marido, ésta idea un gran plan. Les dice a los pretendientes que aceptará la desaparición de Ulises, con la consecuente promesa de un nuevo enlace, cuando termine de tejer un sudario, para cuando falleciese el padre del Rey, en el que estaba trabajando. Para mantener el mayor tiempo posible este tejido en elaboración, procura deshacer por la noche lo que creó durante el día, y de esta forma soporta los veinte años. Justo cuando Ulises llega a casa, Penélope termina la labor, el marido tardón mata a los pretendientes y permanece con ella. Happy end. A todo esto, Telémaco, el hijo, ya pasaba de los veinte, y no sé si la historia cuenta (soy lectora compulsiva, pero no he leído La Odisea; ni La Ilíada; ni el Ulises de Joyce) qué le pareció a él lo de tener un padre de repente, después de haber tenido tanto tiempo a mamá para él solito. Pero eso ya es otro mito griego

Y por qué Penélope aquí? 
  • Soy fiel por convicción
  • Deshago sin dolor: para mí tirar de la hebra, descoser lo cosido o reescribir lo escrito son parte consustancial del proceso creativo.
  • Es un velado homenaje a mis padres: mi madre hacía punto; y deshacía punto casi en la misma proporción. Era terminar un jersey y deshacer otro para rehacerlo mezclando la lana con aquella otra para conseguir no sé qué textura. Eso, cuando no llegaba a acabarlo porque a punto de cerrar se daba cuenta que habíamos crecido y ya nos quedaba pequeño. Cuando mi padre llegaba de trabajar (buf, la cantidad de horas extraordinarias que hacía el pobre) y se la encontraba ovillando lanas recicladas, le decía "Buenas noches, Penélope". Él, lector compulsivo como yo, (yo como él, más bien) tampoco había leído La Odisea; ni La Ilíada; ni el Ulises de Joyce. Pero como era un tipo culto (de la cultura ésa que da el leer todo lo que pillas, y de tener la radio puesta 18 horas diarias) conocía el mito.
Yo tengo menos paciencia que Penélope, y supongo que si mi marido se presentase  después de veinte años de espera, lo mínimo que le hubiera dicho sería "Habrás ganado la guerra, por lo menos, no?"

Y a continuación: "Pues te advierto que no he ido a la compra, así que si quieres cenar, vete pensando dónde vamos"